Aquello.

Un dibujo, un cuadro, un olor,
un mate, una charla, una canción.
A fin de cuentas un sentido,
que transporta a una inspiración.
Anonadarse, sorprenderse, alegrarse,
recordando lo vivido, 
para no sentir que uno se ha ido. 
Unos dados, unos tragos y algunas risas.
Sin mermar el sentimiento,
se lo invita a usted,
que en el silencio,
nos relata la historia del viento. 
Un fuego, un asado, un verso.
Simplemente algún condimento,
que ayude a fortalecer el momento. 
Ni el miedo, ni el frío, fueron causa del estremecimiento.
Sino el latido en conjunto,
Por obra de la bondad como cimiento.